Bromas aparte, una de las primeras cosas de las que me di cuenta al empezar a usar la reflex es que ya no iba a ser tan fácil como antes hacer fotos.
Con la cámara compacta apenas necesitaba elegir el motivo, encuadrar y disparar, pero con la reflex las posiblidades se multiplican de manera exponencial. Tenía claro que no iba usar la nueva cámara para hacer fotos en modo automático, para eso no me meto a comprar una cámara que aún estoy pagando.
No os voy a engañar, hacer fotos con la reflex es más difícil, al principio incluso es posible que salgan peor, pero con un poco de práctica (y teoría, por supuesto) los resultados van mejorando progresivamente y en poco tiempo se consiguen fotos bastante satisfactorias.
En mi caso tuve la suerte de que con la cámara me regalaban un pequeño curso (5 horas) en una buena escuela de fotografía, lo que no hizo sino despertar más aún mi interés. Esto lo fui completando con libros y manuales, algún curso en vídeo, varias webs y foros en los que participo de forma habitual.
Hay que dedicarle un poco de tiempo a la formación y al estudio, un pequeño esfuerzo, pero a medida que vas viendo los resultados te vas nutriendo de una dosis extra de motivación para seguir adelante.
La formación fotografía es un proceso contínuo, no hay forma de saberlo todo, y siempre hay nuevos avances por lo que hay conviene estar al día. Como dije antes, Internet es un buen medio para recabar información.
En mi caso en unas semanas voy a asistir a un curso avanzado para afianzar conocimientos.
Y vosotros me diréis ¿qué es lo que hay que aprender? (...continuará)
2 comentarios:
Reconozco que a mi también me gusta mucho la fotografía, desde una cámara digital, aunque sea la de un móvil, también se pueden hacer buenas fotos, evidentemente no es una cámara profesional ni semiprofesional, ni siquiera doméstica, pero vale ;-)
Por supuesto que hay muchísimas formas de hacer fotografías (todas ellas respetables).
En mi caso, como ya he comentado, lo que me ha conquistado es que, teniendo conocimientos técnicos (y artísticos), el fotógrafo se convierte en algo más que en "alguien que pulsa un botón".
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