Pero también había la posibilidad de sufrir un gran problema: no hay conexión a internet de ningún tipo. Además, por si fuera poco, mi móvil con Yoigo carece de cobertura (antes de viajar confirmé que sí que había); al menos podemos ir tirando con el móvil de mi amigo.
El principal problema de la falta de conexión es no poder postear diariamente como me proponía. Así que he tomado la decisión e ir escribiendo estos días acerca de mi estancia de relax y desconexión (forzada, pero seguro que lo agradeceré). Los posts preparados los iré publicando día a día tras mi regreso a Madrid. Espero que os resulten interesantes las vacaciones de un geek “unplugged”.
Hoy ha sido un día completito, tras un corto vuelo (1 h. y 10 min.) y 40 km. de taxi llegamos al hotel sin novedad. No es nada del otro mundo, (tres estrellas y muchos años a sus espaldas) pero las reformadas habitaciones cuentan con televisor, nevera y aire acondicionado. Por cierto, los enchufes eléctricos son de formato europeo, al igual que en España (ya me informe antes de venir). El ambiente en el hotel es más tranquilo aún si cabe, ya que estamos en pleno Ramadán.
Hemos almorzado algo tarde (actualmente hay dos horas menos en Marruecos) en el pueblo, por la tarde sesión en la fenomenal piscina del hotel. La cena la hemos vuelto a hacer en el pueblo y después hemos dado una vuelta por la medina. Ahora estoy disfrutando de una película gracias a mi pequeño disco duro multimedia.
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